Tras dos semanas ausente de pesca debido a un traslado odioso de una casa a otro, por fin podía escaparme un rato para echar la caña.
No me apetecía irme muy lejos y con las temperaturas que daban la cosa pintaba dura, muy dura.
La verdad es que las truchas movieron, pero de una forma un poco rabiosa y se sucedían muchos rechazos. Por lo menos uno se entretenía y entre rechazo y rechazo algunas se iban equivocando.
Finalmente y buscando la sombra pude hacerme con una docenita de bonitas truchas, la mayoría a seca que era más de lo que me esperaba, el tamaño muy contenido pero me hicieron pasar una jornada divertida que necesitaba después de tanta caja para arriba y para abajo.
Un saludo y feliz pesca a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario